Que derramaba la sangre de los inocentes
sobre los escritorios de la burocracia
entre denuncias y protestas del abajo al arriba
¿Es acaso que aquello que me molestaba
de las letras sin compromiso
adolescentes
banales
hoy son parte de mi pluma?
No perdí la sensibilidad
ni se acalló mi bronca
pero encontré la musa más hermosa
radiante como la Rolla de Gervex
con la sonrisa de La Durmiente de Renoir
y la tinta roja sangre, negra soledad
descansa en paz
porque ahora sabe que el mundo
puede salvarse
mientras haya al menos
un amor
(como el nuestro)