Hay historias que tienen más atractivo por ser comunes que algunas otras fantásticas que resultan increíbles. Esas cosas que suceden una noche cualquiera, en un lugar cualquiera, en una mesa de amigos.El calor del verano se amortiguaba con la brisa del Lago y algunas botellas marrones, las energías gastadas en el escenario se reponían con pizza e historias de giras y prisioneros lejanos. El Costanera Rock había culminado su primera fecha y me encontré sentado con amigos virtuales y nuevos.
Los integrantes de La Senda del Kaos y Sin Espina habían llegado desde Buenos Aires en una combi plagada de signos y carteles que anunciaban que LSDK estaba aquí, esa misma noche debían partir rumbo a la Capital para que cada uno estuviese puntual en su trabajo al día siguiente, "si esto sale bien, puedo dedicarme y dejar el laburo. Por ahora me están midiendo", dijo el Tano.Infaltable en los buenos momentos, el blues se coló en medio de la conversación que había dejado boquiabierto a muchos, aquella historia del tipo que no aguantó el doble juego y mató a su amante, que mantenía comunicación con Sucho desde la cárcel de España, era extraña, ya no recuerdo qué fue lo que provocó que Gastón evocara esa escena, era algo sobre comer con cuchillo y tenedor, en realidad no importa.
"Se había enterado que ella estaba embarazada y no lo soportó... era un tipo bárbaro nadie entiende qué le pasó", dijo ante el silencio total. Otros cuentos e historias verdaderas se derritieron sobre la masa de las pizzas y provocaron efervescencias en el líquido amarillo. Las aventuras vividas en México por Luciano; cómo salieron corriendo luego de una foto por la aparición de una víbora cascabel; el Estadio Azteca... y nos quedamos duros.
Los locales aconsejaban un circuito turístico non santo y todos reían, "a mi me lo contaron". La larga fila de mesas que se unieron para los comensales fueron testigo del interior desnudo de unos jóvenes talentosos músicos, esas muestras íntimas que no se observan fácilmente y que hacen del artista un ser humano y un gran amigo.Hasta cada aplauso que alababa las bellezas locales era motivo de alegría. Nada empañó la noche, ni vendehumos ni prisioneros lejanos. Un abrazo y ellos partieron por la senda del éxito. Un éxito merecido.
18 de noviembre: Volver a la caverna
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Originalmente publicado en El Diario del Centro del País, página 2 de la
edición 18/11/2017
*Escribe: Marcelo J. Silvera @MarceloJSilvera *
En la Alego...
Hace 7 años.
1 comentarios:
sin espina es una gran banda y gente maravillosa, gracias por recordarlos en tus líneas.
un abrazo desde cosquín.
luciano
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