E
|
l barrio está dormido, seguramente el centro está lleno de luces y movimiento, pero acá no. Como mucho, un auto de vez en cuando. La luz de enfrente que se apaga y no vuelve a encender. Yo, sentado en la puerta de casa, una pequeña radio encendida en aquella sintonía de blues, una cerveza y los pensamientos.
Gatos... ellos conocen mejor que nadie las noches de barrio, su magia, su tristeza, sus aullidos, sus personajes, su historia. Ellos (los gatos) mejor que nadie me conocen a mí, pasan delante mío como si yo fuera uno más. Camino entre ellos y ellos caminan junto a mí, toco mi armónica y escuchan atentamente como si captaran el sufrimiento que emana sin fin.
Giro mi cabeza hacia una esquina no muy distante y veo un perro encaminarse hacia nosotros, me adelanto unos pasos tratando de detenerlo, antes de que los espante, pero él se detiene me mira a los ojos y se va. Como aquel amigo que saluda a la viuda en el funeral.
Esta noche hay mucha magia en el aire, puedo ver un brillo sarcástico en sus ojos, ese algo que no me deja escapar. Pensé que este iba a ser otro sábado aburrido, pero ahora estoy parado sobre una chimenea. Saltando desde un balcón a una cornisa, arañando tu ventana y maullando a la luz de la luna.
Esta noche soy libre, puedo ir donde quiera, esta noche soy uno más. Únete a nosotros, ven... vamos a disfrutar. Haremos el amor sobre algún tejado, nos divertiremos hasta el amanecer, luego... volveremos a ser nosotros. Pero vos y yo sabemos que existe la magia en la noche y que esto, pudo ser.
6 comentarios:
Siempre me interesó el tema de la transmutación. Poder salirme de este cuerpo mío que me contiene, que me modera, y convertirme en otro. En otros distintos.
Algunos creen que solo la muerte puede llevarnos a esta posibilidad, pero solo los que conocemos el propio potencial del ser humano nos damos cuenta que podemos lograrlo en vida (y que en ello reside gran parte de la belleza de la misma).
Hoy, tus palabras, o las de ayer (no se) te permiten convertirte en gato y liberar tus instintos. Quizás en tus pinturas (porque el arte en todas sus variantes permite esas transmutaciones) logres ser pájaro, o tortuga, o tal vez piedra.
La magia... tal vez sea un poco más complejo. Aunque sí creo que es cierto que hay noches (y días también) que se llenan de chispas y todo cambia. El color blancuzco del propio aire que te rodea se vuelve ámbar y el olor típico de la ciudad que se herrumbra se torna azahares.
Resulta interesante como transmutación y magia se pueden llegar a dar en un mismo instante y en un mismo lugar. Dos cuerpos que se miden de lejos y que por azar, o destino, por anhelo o decantación logran por fin entrelazarse y ser uno sería para mí un ejemplo de esto.
Transmutar uno en otro hasta perder identidades y fundir inexorablemente en una maraña de energía activa a la luz de una pálida luna, tal vez sería el mejor ejemplo que nos da la naturaleza que la magia es real, que es posible y que está al alcance de nuestras manos. Y que no debemos morir para alcanzarla y que, al fin de cuentas si logramos darnos cuenta, caemos en consideración que nada nos hace más libre que vivir. Transmutando.
Gauuu! (o miauuu, en este caso) Fue el mejor comentario que vi en mucho tiempo, opacó claramente al post! Muchas gracias.
Transmutemos...
Esta buena la posibilidad de poder cambiar y transmutar en otra cosa totalmente distinta, seria una buena forma de escapar a muchas cosas.
Ahora bien una vez lei algo muy cierto que hablaba presisamente sobre la capacidad de cambiar de formas y decia que para que la transformación esté completa hay que transformar todo el ser y en ese caso dejariamos de ser aquel que fuimos con anterioridad y ni siquiera lo recordaríamos, ahora bien de que nos serviría volvernos otra cosa si no recordamos nada de lo anterior o porque quisimos cambiar....sería solamente una forma más de escapar...
estas evadiendo TU realidad, sera por miedo?
caramba! que buenos comentarios! Esto lo escribi cuando tenía 16 años, un poco volado claro...
Juani, tenés razón en aquello de que no nos serviría de mucho poder mutar sin mantener la conciencia actual, es como querer volver a ser joven, para qué? si vamos a hacer las mismas boludeces! no nos llevaríamos los aprendizajes y las experiencias.
Marianella, si sos la Marianela que conozco (me resultó rara la doble L) no pensé que escribirías! Gracias.
Yo no evado mi realidad, lo sabes. Enfrento cada día sin miedos, así me va, pero bueh! Se trata de soñar, de poder imaginar que somos seres más libres, sin ataduras sociales, ni estructuras, que podemos amar libremente, sin prejuicios. A eso le iba el texto cuando lo escribi esa noche oscura (porque me habian cortado la luz, ja).
Gracias a todos por estar atentos al blog, esto da ganas de seguir escribiendo
Por qué terminamos hablando de evasión y de escape???
Cuando planteaba la transmutación me refería a la posibilidad de liberarnos del estigma que nos impone el racionalismo excesivo y las estructuras inflexibles y empezar a conectarnos con esa otra parte de nosotros: los sentimientos y los sueños (a los que frecuentemente le cantamos, o le canto, canciones de cuna); para potenciarlos y así potenciarnos.
Pienso que desarrollar la capacidad de transmutar nos permite transcurrir nuestra existencia de una manera más fuerte, más completa, más compleja… nos permite conocernos íntima e integralmente… nos permite convertirnos en personas más empáticas.
Transmutar en otra persona nos ofrece la posibilidad de poder ver la realidad desde el otro. Transcurrir la vida no solo CON el otro, sino EN el otro… y por qué no PARA el otro (sí, ya sé, me puse muy romántica idealista… a veces no lo puedo contener... ja)
En uno de sus escritos Oliverio dice:
“poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de una virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo. Por eso a mi me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores”
AMÉN…a mi también me gusta. Prefiero hacer culto a esto… aunque me llamen evasiva.
Juan: creo que tenés razón en todo lo que decís. La verdadera transmutación implica un cambio total, aunque a mi me parece más interesante quedarnos a la mitad del camino, y como dice el escrito de Marcelo… soñar, sentir, volar, liberarnos... para volver a ser lo que somos (pero enriquecidos)
Publicar un comentario