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martes, 12 de junio de 2007

Simplemente GRACIAS!

2:27 p. m.  Marcelo J. Silvera  1 comentario

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No soy de alabar equipos ajenos, pero siempre me gustaron los planteles con huevos, los partidazos y siempore me generaron bronca los pecho fríos como los de Racing. Leí esto en Olé y me encantó, imagino que a usted más.



SAN LORENZO 4 - RACING 3
Es un infarto, suspéndalo

En una noche inolvidable, San Lorenzo le ganó a Racing después de ir 0-3. Ramón armó una revolución, aprovechó la roja de Campagnuolo y Romeo hizo historia...

Impresionante. Increíble. Impensado. Impiadoso. Irresistible. Imposible. INOLVIDABLE. Basta, paren, por favor, así no se puede ni respirar. Así no hay cuore que aguante. Es un infarto, suspéndanlo. Ahí están los de San Lorenzo, abrazados, gastando la última gota de sudor que les queda después de una noche única. En la cancha. En las tribunas. El grito es el mismo. Ahí están los de Racing, mirando la nada, buscando el fondo, poniendo los botines y el alma en la tan temida Promoción. En la cancha. En las tribunas. El lamento es el mismo, el de siempre. San Lorenzo ganó el partido del campeonato. Resucitó cuando San la Muerte tocaba a su puerta. Racing murió cuando había tocado el cielo con las manos. Pasó de todo. En un clásico para todos los tiempos.

La noche terminó con Romeo en el banco, con todas las Julietas del mundo a sus pies. Bernardo se besó la camiseta dos veces, en el tercer y en el cuarto gol. En una carrera interminable. Antes de tanta gloria, había pasado una vida. En continuado... El gol en contra de Aureliano Torres. El pase a la red de Avalos. El bombazo de Pellerano. La angustia. El tremendo 0-3. La desorientación. La entrega de Racing. El sandwich de Pellerano y Bastía al Chaco Torres. Las dudas. El chau campeón... El descuento de Silvera, abajo, esquinado. La inexplicable dormilona de Campagnuolo y su roja directa por tocar la pelota con la mano fuera del área. El descanso. La ilusión. El "un gol más y se mueren" (aplíquese a cualquiera de los dos vestuarios). Mucho Gatorade. A la cancha. Rivero adentro, Aureliano afuera. Centros y centros. El penal de Pellerano al inquieto Menseguez. La noche en que la Gata quiso ser Ortega. El instante en el que Martínez Gullotta fue Fillol. La bronca. La desazón. El no puede ser. Otro cambio de Ramón. Romeo adentro, Tula afuera. Un ataque europeo. Racing, de contra. San Lorenzo, de frente. Gol anulado por una manifestación en el área. Todo del Ciclón. El último cambio de Ramón. Bilos, a debutar; la Gata, al banco, a fastidiarse y a patear mejor la botellita de agua que el penal. Grito Pelado. El 3-3 de Romeo. Ya está, listo, demasiado. El 4-3 de Romeo. No puede ser. Otra que Víctor Sueiro y Sergio Denis juntos.

San Lorenzo lo ganó por su técnico. Porque hizo los cambios que tenía que hacer y porque sus jugadores le respondieron como nunca. El dibujo táctico que inventó el Pelado dio resultado, debe patentarlo. Racing lo perdió porque Campagnuolo se fue antes de tiempo. Y porque el encanto se hizo pedazos contra la realidad. Como el alma.

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